Empezaremos aserrando la madera por la mitad si es necesario, en ocasiones la madera viene con esto ya hecho. Luego, cepillaremos las superficies de los bordes en línea recta y escuadrada y las pegaremos. Una vez seco aplanaremos un lado y marcaremos la otulina de la estructura de las costillas.
Ahora comenzaremos con el tallado en bruto, un trabajo que la mayoría de los estudiantes disfrutan mucho. Una vez hecho finalizamos el contorno e insertamos el filete (incrustación). A continuación utilizamos los pequeños planos del pulgar para dar forma a los arcos y luego un raspador flexible.
Comenzamos a tallar el interior a las medidas obtenidas pesando las piezas, ajustando estas medidas para cada pieza de madera para obtener las calidades tonales deseadas. No hay dos violines que tengan el mismo grosor ya que cada pieza de madera tiene una densidad única.